Un Palo (p) demasiado duro para el Espanyol

Ayer se jugó la que Antena 3 llamó "nuestra gran final". Si el partido que jugaron ayer Sevilla y Espanyol en Hampden puede considerarse un modelo de lo que es nuestra liga hoy en día, podemos pasearnos con bastante orgullo por Europa. Muchas veces (y más este año) criticamos el nivel fubolístico de nuestra liga, comparándola sobretodo con la inglesa, sin embargo hay que reconocer (y lo de ayer es una prueba de ello) que el nivel de los clubes de clase media en España es superior al del resto de ligas de Europa. Y más que de competitividad, estoy hablando de juego, en España, cualquier equipo de los quince primeros es capaz de ponerte en aprietos y sin tirar necesariamente de juego sucio o "al patadón". Sin ir más lejos, este mismo año, el Espanyol ha ganado y eliminado a equipos como el Werder Bremen o el Livorno sin muchos problemas y Osasuna ganó a los Rangers y al Parma, por supuesto está también el Sevilla, pero este se mide ya con los grandes.

El partido de ayer fue bonito desde el principio, tras unas pocas ocasiones sevillistas, el Espanyol cogió la batuta del partido y empezó a achuchar entrando por las bandas con un inmenso Riera y procurando que el balón pasase siempre por los pies de De la Peña. Sin embargo el primero en dar la estocada fue el Sevilla con un contragolpe rápido de Adriano, el Espanyol continuó con su juego y obtuvo su recompensa igualando la contienda unos minutos después mediante Riera.

Así habría continuado el partido si, al principio de la segunda parte no hubiese sido expulsado Moisés. Expulsión rigurosa pero justa, provocó que el Sevilla echase toda la carne en el asador y el partido se convirtió en un asedio contínuo. El Espanyol aguantó hasta la prórroga, con algunos milagros incluidos a cargo de Gorka, pero tras el enésimo centro al área pequeña buscando la cabeza de Kanouté, esta vez lo que se encontró fue el pie derecho, situación que el malí no perdonó.

Todo parecía perdido para los pericos que ni tan siquiera lograban llegar al área rival en jugada trenzada y tan sólo disponía de aislados saques de esquina. Pero ayer, y aunque no lo parezca tras el resultado, se produjo más de un milagro para el Espanyol. El balón pasó de la defensa a manos de Jonatas, que había sustituido a un revolucionado De la Peña, este corrió unos metros, no se lo pensó y chutó un disparó raso que se coló por la izquierda de Palop. El partido estaba empatado y la moral otra vez por las nubes: la copa estaba ahí.

Sin embargo una faena no concluye hasta que no la rematas y ayer el Espanyol se olvidó de esta última parte. Una parte que tenía muy bien estudiada el héroe de anoche y de la competiciión en general: Palop. Más tarde comentaría que había estudiado la manera de tirar los penaltys de los delanteros del Espanyol y lo cierto es que le salió la jugada redonda. Sin duda Palop fue ayer el que le dio la copa al Sevilla, pero el Espanyol no puede pretender ganar una tanda de penaltys tirándolos de esta manera. Tanto Luis García como Jonatas como Torrejón, chutaron blando y su lado preferido, fáciles de parar si el portero te acierta el lado. Creo que si Tamudo y De la Peña hubiesen podido chutar los penaltys a lo mejor la copa estaría hoy en Barcelona. Eran las estrellas y ellos son quienes se deben encargar de llevar el equipo en los momentos decisivos.

Lástima de la expulsión y gracias por el espectáculo.