lunes, 5 de enero de 2009

domingo, 4 de enero de 2009

Renaissance

A ver si rearrancamos esto, nueva cara, nuevo año, más temas.

Y para la resurrección podría sonar:


lunes, 17 de marzo de 2008

Un equipo que no quiere ganar

El Barça está a siete puntos del Madrid, exactamente los mismos que cuando el Madrid visitó el Camp Nou y se llevó los tres puntos con un 0 1.

Han cambiado muchas cosas en el equipo blanco desde esa jornada, ha caído sin ganar más en Copa y Champions y ha sufrido cuatro derrotas en Liga. Por esta razón es aún más grave estar a siete puntos otra vez, y peor si se recuerda que hace tres jornadas estábamos a dos. Un miraje, imposible con esta plantilla reducirlo más o mantenerlo.

En el anterior post escribía sobre los cambios constantes de opinión de los aficionados y los medios, si se gana todo parece ir bien, sino todos deben ser vendidos.

Frank Rijkaard ha reconocido hace poco que esta es la mejor plantilla que ha tenido, y aún así no es líder de la Liga ni lo ha sido en toda la temporada. Varios factores se intentan atribuir al descenso de buenos resultados de 2006. Se culpa a los directivos, a los técnicos, a la plantilla, a la prensa o a la afición.

Todos pueden tener culpa en algo, pero hay unos que son los que iniciaron esto. Vayamos uno por uno: los directivos han permitido que los jugadores se aburguesen y no han obligado a cumplir el supuesto código interno. Los técnicos siguen igual se gane o se pierda, Rijkaard ha intentado meter castigos a más de uno pero parece que solo sirven para que rindan en un partido. La prensa se ha metido con todos después de los resultados cosechados en esta temporada y media. La afición ya no va al campo ni cree en el equipo porque no quiere engañarse más con jugadores que dan más en las discotecas que en el campo.

Nos quedan los jugadores, muchos son los verdaderos culpables de todo esto. Vayamos uno por uno en los jugadores clave de 2006 y ahora, o sus recambios.

Valdés: Sigue igual, o mejor, que en el doblete y es vital en muchos partidos.
Puyol: Ha bajado el ritmo pero aún sigue dándolo todo, se le ha cambiado de posición y en el lateral no rinde tanto.
Belletti: El héroe de la Champions, muy criticado en el resto de partidos. Zambtorra no lo ha mejorado mucho pero es más fiable que el brasileño.
Márquez: Uno de los principales culpables de esta situación, su vida privada, o pública por la prensa rosa, le va más que el futbol y tiene demasiadas lesiones inexplicables. Antes era un puntal en este equipo y ahora nadie cuenta con él porque casi nunca está convocado. Milito es mejor central que él antes pero no saca el balón y Thuram es un buebn suplente.
Oleguer: Antes era el peor defensa del Barça y ahora ya ni se le puede calificar, el único al que Rijkaard se ha atrevido a no poner nunca porque sabe que no tiene poder.
Gio: Un rendimiento correcto, tampoco destacaba mucho ni dejaba mucho que desear, vino a hacer lo que se le pedía. Abidal es su sustituto y empezó la temporada muy bien pero el pobre trabajo físico que se entrena le ha hecho bajar al nivel del holandés.
Sylvinho: Igual que antes, algunos partidos muy buenos cuando lleva varios sin jugar, está en buena forma.
Edmilson: Ni parecido al jugador de antes, ese sacaba balones y construía el juego, ahora no ve la pelota en todo el partido y ponerle de mediocentro es recibir ocasiones sin parar.
Van Bommel: Jugaba poco y se le ha valorado más cuando se ha ido que cuando estaba aquí, aportaba menos que Xavi, Iniesta y Deco pero daba fuerza en el mediocampo, un poco lento y parecido a Gudjohnsen ahora. Motta: Un jugador que se lesionaba cada dos por tres y que su amistad con Ronaldinho le pasó factura, demasiada fiesta para tan pobre rendimiento. Touré Yaya es de los mejores de este equipo, pero está lesionado para lo que queda de temporada y jugará infiltrado, nada bueno para uno de los puntales actuales del equipo.
Deco: En el doblete era referencia del equipo, todo pasaba por él y se entregaba al máximo en cada balón, ahora solo juega cuando le interesa, porque Rijkaard parece que no decida nada, pero no es comparable al de hace dos años, pierde balones, chuta muy mal, es lento y comete faltas y se gana amonestaciones innecesarias.
Xavi: Lesionado en el doblete, era un gran pasador cuando jugaba, últimamente había bajado mucho el ritmo pero unos partidos en el banquillo le han hecho mejorar. De los mejores del actual Barça.
Iniesta: Cuando entraba cambiaba a mejor el ritmo del partido y ahora es titular, todo pasa por sus pies porque lo hace todo bien, Rijkaard le hace jugar de extremo, medio y pivote defensivo a la vez, con lo que siempre queda algún espacio para la contra. El mejor del equipo.
Giuly: Un buen recambio y alternativa para abrir el juego, sus diagonales y velocidad eran sus características, fallaba mucho pero lo daba todo en el campo. Giovani juega en su posición pero le cuesta asumir el papel del francés, intenta hacer como Ronaldinho antes y no sabe.
Eto'o: Un seguro de gol antes y lo sigue siendo ahora, las lesiones le han hecho jugar muchos menos partidos y ser menos agresivo en la presión. Sigue dándolo todo por el equipo.
Larsson: Uno de los hombres más queridos de ese doblete, dio los dos pases de gol en París y algunos goles importantes en Liga. No jugaba mucho pero marcaba unos cuantos goles con oportunismo. Gudjohnsen fue su primer susituto pero luego se vio que en el Chelsea jugaba en otra posición, ahora juega de medio pero es lento y Rijkaard lo relega al banquillo, cuando Deco o Ronaldinho quieren jugar, aunque esté haciendo buenos partidos. Henry sí que es su sustituto natural, incluso vino para mejorarlo sabiendo quién era, pero ha marcado los mismos goles y solo algunos destellos de lo que fue. Juega más que el sueco y por eso ha recibido algunas críticas. Parte del vestuario, la fiestera, no le hace caso y eso se nota en el campo, pero su amistad con Bojan le hace ser querido por algunos sectores de la afición. Un señor como hay pocos en el equipo. Bojan ha de aprender mucho de él para mejorar sus registros, apunta mucho y su amistad con Henry es lo mejor que podría haber hecho en el equipo para crecer como jugador.
Messi: Ha mejorad muchísimo desde el doblete. Las lesiones siguen como antes y se pierde más de la mitad de partidos del Barça. Cuando quiere es el mejor del mundo, en otros partidos se borra y solo busca la jugada contra el Getafe, sin pensar en los otros compañeros. Parece que los técnicos y la familia han sabido cambiarle su relación con Ronaldinho y hacerle pensar más en el equipo, estaba jugando bien hasta esta nueva lesión.
Ronaldinho: El líder de ese equipo que enamoraba a todo el mundo, el mejor jugador en ese momento, capaz de regates y pases que solo él sabía hacer, era la referencia de ese equipo en el campo y fuera. Es el principal culpable de la situación actual del Barça, la temporada pasada no fue ni a la mitad de entrenamientos, rodó un anuncio el mismo día de la Supercopa de Europa, el primer correctivo del que sería el camino que seguiría, sin ningún intento de cambio por parte de jugadores, técnicos y directiva, hasta ahora por el equipo. No ha sabido compaginar las discotecas con el futbol y se ha abonado por lo primero, algunos aficionados aún le respetan pero ningún rival lo hace. Es lo mismo si juega o no, ya que no se le ve en todo el partido. Ha hecho una pretemporada en enero porque la de agosto se la debió saltar, mejoró un poco pero no ha sido decisivo en el equipo. Es el líder del grupo de futbolistas que no quieren serlo más y prefieren la vida nocturna, se le ha de echar, ya no mejorará nada, puede que sí en Champions para buscar ofertas de otros equipos porque el Barça está manteniendo a un jugador que vive del pasado cuando tenía todo un futuro para ser el mejor futbolista de la historia. Es duro decirlo pero más es ver lo que era ese equipo con él y lo que son ahora él y el Barça. Dunga, ya sea por enemistad o motivos deportivos, ni le convoca pero aquí se sigue pensando que puede mejorar cuando solo es capaz de algún regate si entrena dos semanas sin jugar. Se pudo venderlo en enero pero se quiso hacerle un entrenamiento especial para que volviese, lo hizo pero solo ha brillado en algunos momentos y en pocos partidos, nada en comparación con lo que se espera de él. Ha tomado el pelo a todos los aficionados y ya no compite, se borra de los partidos y va a los entrenamientos después de salir de fiesta. No es un profesional y el Barça no es sitio para alguien así.


Quedan retratados los que iniciaron el descenso de buenos resultados del Barça. Hay otros que no tienen ninguna culpa pero su rendimiento no es el esperado porque el cuerpo técnico no ha hecho nada para mejorar la condición del equipo. Rijkaard y sus hombres son los siguientes culpables por permitir actitudes así de algunos jugadores y no mejorar la condición de la plantilla, después la directiva por las razones mencionadas anteriormente, luego la prensa por meterse demasiado en el vestuario y por último una afición que no anima porque el equipo no convence nada a los espectadores del partido.

domingo, 17 de febrero de 2008

La barca culé

El barcelonismo vive en una barca que cada semana, o cada tres días, puede pasar por aguas tranquilas o una gran tormenta que lleve la embarcación de un lado a otro.

Se empata en Bilbao y olas gigantes encima: "La Liga está acabada", "Se la hemos regalado al Madrid", "Estos jugadores no quieren ganar", "No han aprendido de los goles de Sobis y Tamudo",...

No había pasado ni una semana y el Madrid pierde en Almería. El barcelonismo tiene una navegación tranquila y con una mar muy visible: "Esto les pasa por creérselo", "Hay Liga" "Creemos en la remontada, como la que ellos hicieron", "La flor de Capello la tiene el Barça", "Ponémosle un nombre como el Juntos Podemos de los capitalinos",...

Una semana exacta después el Barça empata en Sevilla y el Madrid gana de forma insultante al Valladolid, 7 0. La barca vuelve a moverse y la lluvia no deja ver mucho: "Esto está acabado", "El Madrid gana cuando y cómo quiere", "Llevamos dos jornadas puntuando sin merecerlo mucho", "Sin RVN y golean, nosotros sin Eto'o no marcamos, y vuelve lesionado",...


Esta jornada el Madrid ha perdido en Sevilla frente al Betis y el Barça ha ganado al Zaragoza, con polémica eso sí. La barca culé parece acercarse al liderato, ahora con viento a favor y mar calmada. Los titulares: "Tenemos la suerte de Capello, ya son tres jornadas así", "Ronaldinho falló un penalti en Sevilla y allí se empezó a perder la Liga, ahora ha metido el que nos pone a cinco puntos", "Hay Liga otra vez",...

También es cierto que hay un sector culé que lleva viendo como estas tres últimas jornadas el Barça ha sacado petróleo en forma de resultados comparado con el partido que se le suponía hacer y que no ha hecho. Se marcó en el 88 contra Osasuna, se empató en Sevilla después de un gran Valdés en la primera mitad y se gana en Zaragoza con penalti de Milito fallado y dos goles polémicos.

Para esta parte del barcelonismo no se está jugando bien y solo es suerte los puntos conseguidos estas tres últimas jornadas. Sus sensaciones tienen algo de cierto porque hay cosas negativas y positivas en el Barça: Messi no la pasa, ya no desborda y sigue buscando el gol contra el Getafe ahora contra cualquier defensa, pero es capaz de llevarse tres defensas para dejar otra. Deco no es el mismo, no chuta bien y pierde muchos balones, al menos hace algunas asistencia que acaban en gol. Henry no participa excesivamente pero es determinante en muchos partidos. Xavi está sobrevalorado y juega demasiado pero sus dos goles nos han servido para estar hoy a cinco del Madrid. Gio intenta ser Messi, aunque ahora cada vez es mejor haciendo el papel de Giuly,...

Todo lo criticable se encuentra de mitad del campo hacia arriba, en la portería y la defensa no hay nada que reprochar. Valdés está igual o mejor que Casillas, Milito es un gran fichaje, no hay mejor defensa en la Liga que él. Puyol está mejorando mucho y se parece al de hace dos temporadas. Márquez lo mismo aunque un poco menos de regularidad, también por los viajes y los cambios de posición. Abidal y Sylvinho van intercambiándose en los partidos bien. Zambrotta está jugando al mejor nivel desde que llegó. Y Touré es increíble como recuperador.

Con todo esto, todas las embarcaciones de aficionados que hayan salido desde que se empató en Bilbao o más tarde, deben tener en cuenta que cada jornada la barca puede entrar en otros mares, con distinta meteorología y que no es fácil llegar al liderato.

Declaraciones como las del criticado Laporta: "Hay Liga, hace tiempo que hay Liga", y las palabras de Milito han de servir para todo el equipo y los aficionados: "Podemos pensar que la Liga se puede ganar o está perdida pero este equipo cree que en ella". Un gran jugador dentro y fuera del campo.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Vender al rey

El partido contra el Real Madrid no puede quedar como una simple derrota ante el eterno rival. Jugó un Ronaldinho que quiso ser el de antes pero ya no puede. Un buen sector de la afición opinaba que no debía jugar después de golear al Valencia sin él y sin Deco, tampoco ayudó que saliese el jueves hasta tarde, y al entrenamiento siguiente Rijkaard le tuviera que decir que se implicara más en los ejercicios. A todo esto, muchos pensábamos que el brasileño tenía que ser titular, era su mejor oportunidad para ganarse la afición y el crédito perdido desde París.

No fue así, se naufragó y las críticas a Ronaldinho son constantes ahora y desde todos los medios. Sus defensores, cada vez más minoritarios, creen que es una injustícia lo que se le está haciendo, que la temporada pasada y en este clásico todos jugaron mal y el único que se lleva los palos es Ronaldinho. Lo que no recuerda es que cuando jugábamos bien y lo ganábamos todo, quien se llevaba todos los elogios solo era el brasileño y no se contaba con los goles de Eto'o, las jugadas de Iniesta, la seguridad de Puyol y Márquez, las diagonales de Giuly,... el brasileño representaba el buen juego del Barça, ahora sigue igual pero los resultados han cambiado y esto es considerado una conspiración para los que lo defienden.

Con todo esto, se llega a la conclusión, después de ver que el jugador quiere cambiar pero no puede o en el fondo no quiere, que la solución es vender a Ronaldinho. Parece un delito desprenderse de alguien con 27 años, que es el estandarte del equipo, el que ha levantado a una afición que ya no creía en el futbol, pero como dice Dagoberto Escocia en su artículo de ayer y hoy en la Vanguardia "un crack se mantiene cuando está implicado, no cuando está acabado." Ronaldinho ha dado mucho y se le hará un homenaje cuando se retire pero el Barça es un equipo y no vive de sus tiempos pasados, cada año empieza desde cero, con más o menos títulos por competir, pero ha de ganar más partidos que los otros para volver a llevarse el primer puesto. El precio en el mercado de Ronaldinho ya no es de 120 millones que decían que ofrecía Abramovich ni los 80 de Berlusconi. Puede que sea inferior a 60 millones, teniendo en cuenta que costó 24 hace cinco años y con él hemos ganado dos ligas, una Champions y dos Supercopas, se podría decir que venderlo por lo mismo que pagamos por él ya sería un negocio rentable.

En otro equipo puede que volviese a ser el de antes, que su magia iluminara a otro estadio, pero es que en el Camp Nou no volverá a jugar como lo hizo. Tiene demasiados periodistas que le siguen viendo como siempre, que no toleran una mínima crítica al brasileño, y esto él se lo puede creer y salir de noche, como ha hecho desde que llegó no lo olvidemos, pero entrenando cada vez menos o disminuyendo notablemente el rendimiento, que su edad ya no le deja dormir tan pocas horas.

El Barça, actualmente, juega con un rey herido, cuando se gana parece una proeza ya que el crack no está fino. Este hecho merma la mentalidad del equipo, pensar que solo volverán a ser grandes cuando el brasileño se recupere, si lo hace, supone una desgaste físico y mental superior al que están acostumbrados. Cuando Ronaldinho jugaba bien, todos sabían que él podía arreglarlo, les daba confianza y se veían mejor equipo que el rival al ver cómo desbordaba Ronaldinho a sus marcadores. Ahora que está mal, cuando juega, le pasan el balón constantemente para que les dé una señal, que les diga que el partido está ganado porque él vuelve a ser el mejor. No es así y dificulta un buen partido del equipo, que juega con dudas sobre si van a ganar o no. Cuando el brasileño no juega, sobresalen uno o dos líderes en el campo, Leo Messi y Andrés Iniesta, los dos se dejan ir, cogen las riendas del equipo, crean jugadas, marcan goles y dan la seguridad que les daba Ronaldinho hace dos años al resto del equipo. Jugadores como estos que tiren del carro son los que deben seguir en el club.

A rey muerto, rey puesto. Vender al rey supondría el asentamiento de Iniesta y Messi como nuevos estandartes del equipo, jugadores de la cantera, con hambre de ganar títulos ya que el manchego de titular indiscutible no ha ganado nada y el argentino debutó con la primera Liga en el saco y el año de la segunda Liga y la Champions estuvo lesionado medio año.


Ronaldinho ha dado mucho pero ahora es una mala influencia para Messi. Su marcha en Enero a otro club obligará a Messi a implicarse más con el equipo, a pasarla al lateral, a Henry o a quien tenga más cerca. Giovani aprenderá que haciendo todo lo que hace Ronaldinho no se consigue ser el mejor, se debe trabajar también, como hace Bojan mirando a Henry. El resto del equipo cambiará la mentalidad y no buscarán siempre al brasileño cuando juegue, no se sentirán inferiores si él está mal o en el banquillo jugadores como Gudjohnsen o Bojan no verán truncada su progresión porque deban prevaler los nombres antes que la forma en los partidos importantes, como sucedió en el clásico con el islandés.

Los nuevos líderes del Barça son Iniesta y Messi, que, junto con Valdés, Puyol, Milito, Abidal, Touré, Xavi, Gudjohnsen, Eto'o, Gio y Bojan han de cambiar el rumbo del equipo esta temporada para ganar algún título, reducir la desventaja en la Liga y no tirar la Champions como se hizo contra el Liverpool.

Iniesta y Messi, que sea larga vuestra trayectoria en el Camp Nou.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Cambio de líderes

El Barça ha terminado un ciclo, no volveremos a ver al Ronaldinho que hizo levantar y aplaudir el Bernabéu, al Deco que marcaba la diferencia en el centro del campo, al Márquez que imponía respeto en la zaga ni al Rijkaard que solventaba los problemas con un largo discurso en la rueda de prensa y una goleada al partido siguiente.

Si nos negamos a aceptar que este mismo no puede volver a jugar como antes, que necesita aire fresco, nuevos líderes y otros jugadores seguiremos durante otras más temporadas pensando que nos lo podemos llevar todo para que luego vengan partidos así y se vea que el equipo es una copia mala de lo que fue.

Andrés Iniesta ha cogido la responsabilidad durante toda la segunda parte, los de arriba no le daban continuidad a su juego y por eso no se ha rematado. Bojan ha acabado el partido llorano, Puyol retorciéndose de sufrimiento en el banquillo. Touré lanzándose a cazar cualquier balón, por lejos que estuviese, Eto'o peleando con dos defensas,... jugadores como estos son los que deben liderar al nuevo Barça. Ronaldinho, Deco y Márquez han dado mucho pero actualmente no se parecen a lo que eran antes ni aportan algo mejor que sus suplentes, Bojan, Gudjohnsen y Thuram.

Es ventajista decir todo esto después de un partido así, pero ya van unos cuantos en los que se critica siempre a los mismos. Vender a Ronaldinho puede considerarse un mal negocio porque aún tiene calidad en las faltas y liderazgo en el vestuario. Pero en el Barça no va a volver a ser el mismo, y si lo es será en un partido porque al siguiente ya se le perdonará todo.

Miremos el Madrid, tanto que nos gusta compararnos y hablar de ellos. Estaban en una situación parecida a la nuestra el año pasado. Jugadores brasileños desvinculados de todo lo que fuese trabajo, malos resultados, a muchos puntos del líder,... Vendieron a Ronaldo y empezaron a remontar puestos, empataron en el Camp Nou y desde allí ganaron la Liga.

Parece una locura vender a Ronladinho en diciembre pero puede significar la huida de la mala influencia de Messi, la liberación de las alineaciones morales de Rijkaard, la desaparición de clanes en el vestuario y de favoritismos de la directiva a ciertos jugadores.

Esta Liga no está perdida porque quedan 21 partidos pero sí muy difícil. No creo que fichar en el mercado de invierno sea acertado ya que jugadores como Gudjohnsen, Gio, Bojan y Crosas pueden dar mucho más que algunos titulares del Barça-Madrid.

domingo, 16 de diciembre de 2007

La marcha del hijo pródigo

“Fernando Torres no es el mejor jugador del Liverpool aunque algún día quizá lo sea. El mejor jugador del Liverpool es el capitán, Steven Gerrard. El problema es que es demasiado bueno y lo mejor para el equipo sería que se fuera”.
Así arrancaba el artículo de John Carlin en EL PAÍS hace algunos meses. El periodista argumentaba que la marcha del Macho Alfa de la manada red supondría una liberación para sus compañeros, los cuales, cohibidos por su autoridad y carisma, se veían obligados a buscarle por su insistencia en acaparar el balón, lastrando el dinamismo y el estilo del equipo. Carlin defendía que durante una ausencia por lesión del capitán el Liverpool encadenó una buena racha de juego y resultados y, cuando volvió éste al once, el equipo se resintió notablemente.

Parece ser (para alivio de los reds) que Gerrard no tiene previsto abandonar Anfield por el momento. Sí que se han ido estandartes como Torres, Forlán, Henry y Ronaldo y sus fichajes han afectado muy positivamente a sus respectivos clubes... de procedencia. Independientemente de su rendimiento en su nuevo destino. Estos 4 futbolistas han marcado un punto de inflexión en la historia reciente de sus ex equipos. En el caso de Torres y Henry eran los símbolos de sus respectivas aficiones y jugaban un papel similar al de Gerrard en el Liverpool. Forlán seguramente sea, con Riquelme, el mejor jugador de la historia del Villarreal y Ronaldo fue el mejor nueve del Real desde Hugo Sánchez.


El Villarreal ha visto menguado su potencial ofensivo con la venta de Forlán y la huelga del díscolo Riquelme, ya en su añorado Buenos Aires. En ausencia de los dos pilares del equipo el Villarreal sigue desplegando un fútbol atractivo y ofensivo. Manuel Pellegrini (¿cuándo se le reconocerá su mérito?) ha sabido manejar perfectamente el caso Riquelme y todos, desde el utillero hasta el presidente, pasando por los jugadores, le han respaldado sin vacilar. La plantilla, mezcla compacta de futbolistas veteranos y jóvenes prometedores, tuvo un inicio de campaña abrumador sólo empañado por la manita que le endosó el Madrid en su feudo. En las últimas jornadas ha tenido unos cuantos tropiezos que le han alejado de las primeras posiciones, donde estaba bien asentado. ¿Hasta el momento alguien había echado de menos a la dupla que llevó al submarino amarillo a unas semifinales de la Copa de Europa?

Un ejemplo similar al Villarreal es el Sevilla. No olvidemos que el club hispalense explotó definitivamente tras vender a los que sean, seguramente, tres de sus mejores jugadores de los últimos años: Baptista, Ramos y Reyes. Los tres dieron mucho al club vistiendo su camiseta, pero dieron aún más enfundándose las camisetas de sus equipos rivales. Madrid y Arsenal pagaron fortunas por los tres. Gracias a eso ahora el Sevilla está donde está. Del Nido y Monchi siguen la senda iniciada por mandatarios como Aulas (Lyon) o Pinto Costa (Oporto). La magia de comprar barato y vender caro, muy caro. Ojeadores hábiles y presidentes irreductibles.

El caso de Torres tiene paralelismos con la utopía de Carlin, la gran estrella se marcha y el club empieza a espabilar. En el Atlético todo era responsabilidad del Niño. Crear, destruir, asistir y rematar. Torres, para muchos, era la esencia del Atleti. El capitán, cansado ya de las promesas de la directiva de crear un equipo ilusionante y ganador, abandonó el club de su vida. La venta del crack ha supuesto 36 jugosos millones para las arcas del club que, esperemos, no los dilapide en medianías y jugadores mediocres que acaben saliendo del club por la puerta de atrás. Parece ser que, de una vez por todas, de la mano de García Pitarch, se empiezan a hacer bien las cosas en materia de fichajes. Las incorporaciones de futbolistas como Forlán, Reyes o Simao más la consagración de Agüero y el liderazgo de Maxi, ambos siempre a la sombra del Niño, están haciendo olvidar a gente como Nuñez, Lequi, Nikolaidis, Kezman, Galleti, Novo y una larga lista de jugadores que pasaron por el club con más pena que gloria. El propio Torres dijo en la rueda de prensa de su despedida que el equipo se vería beneficiado por su marcha. Razón no le faltaba. Liberado el Atlético de Torres y Torres del Atlético, ambos están dando su mejor rendimiento. Al fin.

El Arsenal está volando. Realiza el fútbol más vistoso y dinámico de todo el continente de la mano de sus jóvenes talentos. El motivo principal es el vacío que ha dejado el mejor jugador de su historia. La marcha de Henry ha supuesto la consagración definitiva de los cachorros de Wenger. Cesc, Hleb o Van Persie están dando lo mejor de sí lejos de la figura intimidante del astro francés. Son libres. Ninguno de ellos hablará mal de Henry como persona, pero en más de una ocasión Cesc ha dicho que Henry les inhibía un poco. Era un jugador respetadísimo en vestuario, sí, pero no querido. Cuenta Fábregas a modo de anécdota que en sus primeros entrenamientos con el Arsenal siempre le pasaba el balón a Henry. Tanto es así que en una ocasión Tití se le acercó para decirle que no era necesario que se la pasara siempre a él. Este hecho ilustra lo que suponía Henry para los jóvenes del Arsenal. Era el coco. Su jerarquía y su actitud distante tanto en el vestuario como fuera de él infundían cierto temor entre los jóvenes.
Wenger exprimió a Henry todo lo que pudo en beneficio del Arsenal y viendo que el ‘14’ ya no daba para más dejó que se fuera.
Sus cachorros, por lo bajini, se lo agradecen. Y si no vean.

Cuando Pedja Mijatovic vendió a Ronaldo al Milan en el mercado de invierno no sólo se deshizo del mejor punta del Madrid en años sinó que extirpó el tumor que estaba intoxicando el vestuario. Yo, como admirador incondicional del brasileño, me oponía a su venta. Por entonces el Madrid necesitaba de sus goles si quería ganar esa Liga, algo impensable en aquellos momentos.
Más tarde entendí que Ronaldo, con el paso de los años, fue acaparando poder en el vestuario hasta ser el jefe de lo que se conoció como “el clan brasileño”, formado por él, Roberto Carlos, Cicinho y Robinho más Cassano. La actitud pasota y juerguista de éstos chocaba con la responsabilidad del grupo de españoles encabezado por Raúl y que integraban los Salgado, Helguera, Ramos más Cannavaro, Van Nistelrooy y algunos otros. Raúl y Ronaldo nunca se llevaron bien. Eran dos formas antagónicas de entender el fútbol. La directiva se deshizo de él porque veía que su influencia sobre Robinho podía acabar definitivamente con la progresión del joven, entonces estancada. La marcha de Ronaldo fue el detonante definitivo para que el vestuario se uniera para acabar con la sequía de títulos y conquistar la liga. Y así fue. Todos a una. Durante la segunda vuelta de la Liga, sorprendentemente, nadie le echó de menos.
O rei va a cumplir un año de rossonero y apenas ha jugado una docena de partidos. Al resto de integrantes del clan carioca que abandonaron el club tampoco les va muy bien.
Robinho, mientras, va camino de convertirse en un gran jugador de fútbol.


Intentemos imaginar por un momento que sería del Liverpool sin Gerrard o del Real Madrid sin Raúl, por ejemplo. O del Espanyol sin Tamudo. Probablemente si el Madrid hubiese vendido al ‘7’ no se habría pasado 4 años en blanco y el Espanyol, si no hubiera rechazado alguna de las suculentas ofertas que recibió por su jugador bandera, estaría en una situación aun mejor. O no.
John Carlin, tal vez, no está tan loco como parece. Ronaldo, Henry y Torres así lo demuestran.