domingo, 16 de diciembre de 2007

La marcha del hijo pródigo

“Fernando Torres no es el mejor jugador del Liverpool aunque algún día quizá lo sea. El mejor jugador del Liverpool es el capitán, Steven Gerrard. El problema es que es demasiado bueno y lo mejor para el equipo sería que se fuera”.
Así arrancaba el artículo de John Carlin en EL PAÍS hace algunos meses. El periodista argumentaba que la marcha del Macho Alfa de la manada red supondría una liberación para sus compañeros, los cuales, cohibidos por su autoridad y carisma, se veían obligados a buscarle por su insistencia en acaparar el balón, lastrando el dinamismo y el estilo del equipo. Carlin defendía que durante una ausencia por lesión del capitán el Liverpool encadenó una buena racha de juego y resultados y, cuando volvió éste al once, el equipo se resintió notablemente.

Parece ser (para alivio de los reds) que Gerrard no tiene previsto abandonar Anfield por el momento. Sí que se han ido estandartes como Torres, Forlán, Henry y Ronaldo y sus fichajes han afectado muy positivamente a sus respectivos clubes... de procedencia. Independientemente de su rendimiento en su nuevo destino. Estos 4 futbolistas han marcado un punto de inflexión en la historia reciente de sus ex equipos. En el caso de Torres y Henry eran los símbolos de sus respectivas aficiones y jugaban un papel similar al de Gerrard en el Liverpool. Forlán seguramente sea, con Riquelme, el mejor jugador de la historia del Villarreal y Ronaldo fue el mejor nueve del Real desde Hugo Sánchez.


El Villarreal ha visto menguado su potencial ofensivo con la venta de Forlán y la huelga del díscolo Riquelme, ya en su añorado Buenos Aires. En ausencia de los dos pilares del equipo el Villarreal sigue desplegando un fútbol atractivo y ofensivo. Manuel Pellegrini (¿cuándo se le reconocerá su mérito?) ha sabido manejar perfectamente el caso Riquelme y todos, desde el utillero hasta el presidente, pasando por los jugadores, le han respaldado sin vacilar. La plantilla, mezcla compacta de futbolistas veteranos y jóvenes prometedores, tuvo un inicio de campaña abrumador sólo empañado por la manita que le endosó el Madrid en su feudo. En las últimas jornadas ha tenido unos cuantos tropiezos que le han alejado de las primeras posiciones, donde estaba bien asentado. ¿Hasta el momento alguien había echado de menos a la dupla que llevó al submarino amarillo a unas semifinales de la Copa de Europa?

Un ejemplo similar al Villarreal es el Sevilla. No olvidemos que el club hispalense explotó definitivamente tras vender a los que sean, seguramente, tres de sus mejores jugadores de los últimos años: Baptista, Ramos y Reyes. Los tres dieron mucho al club vistiendo su camiseta, pero dieron aún más enfundándose las camisetas de sus equipos rivales. Madrid y Arsenal pagaron fortunas por los tres. Gracias a eso ahora el Sevilla está donde está. Del Nido y Monchi siguen la senda iniciada por mandatarios como Aulas (Lyon) o Pinto Costa (Oporto). La magia de comprar barato y vender caro, muy caro. Ojeadores hábiles y presidentes irreductibles.

El caso de Torres tiene paralelismos con la utopía de Carlin, la gran estrella se marcha y el club empieza a espabilar. En el Atlético todo era responsabilidad del Niño. Crear, destruir, asistir y rematar. Torres, para muchos, era la esencia del Atleti. El capitán, cansado ya de las promesas de la directiva de crear un equipo ilusionante y ganador, abandonó el club de su vida. La venta del crack ha supuesto 36 jugosos millones para las arcas del club que, esperemos, no los dilapide en medianías y jugadores mediocres que acaben saliendo del club por la puerta de atrás. Parece ser que, de una vez por todas, de la mano de García Pitarch, se empiezan a hacer bien las cosas en materia de fichajes. Las incorporaciones de futbolistas como Forlán, Reyes o Simao más la consagración de Agüero y el liderazgo de Maxi, ambos siempre a la sombra del Niño, están haciendo olvidar a gente como Nuñez, Lequi, Nikolaidis, Kezman, Galleti, Novo y una larga lista de jugadores que pasaron por el club con más pena que gloria. El propio Torres dijo en la rueda de prensa de su despedida que el equipo se vería beneficiado por su marcha. Razón no le faltaba. Liberado el Atlético de Torres y Torres del Atlético, ambos están dando su mejor rendimiento. Al fin.

El Arsenal está volando. Realiza el fútbol más vistoso y dinámico de todo el continente de la mano de sus jóvenes talentos. El motivo principal es el vacío que ha dejado el mejor jugador de su historia. La marcha de Henry ha supuesto la consagración definitiva de los cachorros de Wenger. Cesc, Hleb o Van Persie están dando lo mejor de sí lejos de la figura intimidante del astro francés. Son libres. Ninguno de ellos hablará mal de Henry como persona, pero en más de una ocasión Cesc ha dicho que Henry les inhibía un poco. Era un jugador respetadísimo en vestuario, sí, pero no querido. Cuenta Fábregas a modo de anécdota que en sus primeros entrenamientos con el Arsenal siempre le pasaba el balón a Henry. Tanto es así que en una ocasión Tití se le acercó para decirle que no era necesario que se la pasara siempre a él. Este hecho ilustra lo que suponía Henry para los jóvenes del Arsenal. Era el coco. Su jerarquía y su actitud distante tanto en el vestuario como fuera de él infundían cierto temor entre los jóvenes.
Wenger exprimió a Henry todo lo que pudo en beneficio del Arsenal y viendo que el ‘14’ ya no daba para más dejó que se fuera.
Sus cachorros, por lo bajini, se lo agradecen. Y si no vean.

Cuando Pedja Mijatovic vendió a Ronaldo al Milan en el mercado de invierno no sólo se deshizo del mejor punta del Madrid en años sinó que extirpó el tumor que estaba intoxicando el vestuario. Yo, como admirador incondicional del brasileño, me oponía a su venta. Por entonces el Madrid necesitaba de sus goles si quería ganar esa Liga, algo impensable en aquellos momentos.
Más tarde entendí que Ronaldo, con el paso de los años, fue acaparando poder en el vestuario hasta ser el jefe de lo que se conoció como “el clan brasileño”, formado por él, Roberto Carlos, Cicinho y Robinho más Cassano. La actitud pasota y juerguista de éstos chocaba con la responsabilidad del grupo de españoles encabezado por Raúl y que integraban los Salgado, Helguera, Ramos más Cannavaro, Van Nistelrooy y algunos otros. Raúl y Ronaldo nunca se llevaron bien. Eran dos formas antagónicas de entender el fútbol. La directiva se deshizo de él porque veía que su influencia sobre Robinho podía acabar definitivamente con la progresión del joven, entonces estancada. La marcha de Ronaldo fue el detonante definitivo para que el vestuario se uniera para acabar con la sequía de títulos y conquistar la liga. Y así fue. Todos a una. Durante la segunda vuelta de la Liga, sorprendentemente, nadie le echó de menos.
O rei va a cumplir un año de rossonero y apenas ha jugado una docena de partidos. Al resto de integrantes del clan carioca que abandonaron el club tampoco les va muy bien.
Robinho, mientras, va camino de convertirse en un gran jugador de fútbol.


Intentemos imaginar por un momento que sería del Liverpool sin Gerrard o del Real Madrid sin Raúl, por ejemplo. O del Espanyol sin Tamudo. Probablemente si el Madrid hubiese vendido al ‘7’ no se habría pasado 4 años en blanco y el Espanyol, si no hubiera rechazado alguna de las suculentas ofertas que recibió por su jugador bandera, estaría en una situación aun mejor. O no.
John Carlin, tal vez, no está tan loco como parece. Ronaldo, Henry y Torres así lo demuestran.

3 comentarios:

Enric Porta dijo...

todo esto que dices se puede llevar al Barça con Ronaldinho... muchos se oponen a su venta, muchos creen que se puede recuperar, las malas influencias como Motta y Belletti las han echado pero ayer suplente en Mestalla...

yo, y espero que no me pase lo mismo que a tú con Ronaldo, no quiero venderlo en diciembre porque creo que debemos mantenerlo hasta junio por si vuelve el de antes. aunque si la liga de esta temporada solo la podemos ganar si Ronaldinho se va pues adelante Milan, adelante Chelsea.

El caso con Robinho también es parecido al de Messi...

dewww!

ava_adore dijo...

iba a decir lo mismo que enric, se puede relacionar con el barça y con ronie, y ya directamente focalizarlo en como messi cambia por completo su juego para favorecer que el gaucho entre en juego durante los partidos. Las diferencias a cuando juega henry claman al cielo.

en el caso del arsenal hemos de verlo con más perspectiva, pq lo que henry ha ganado con los gunners, veremos si son capaces de repetirlo.

saludos!

Ig. dijo...

Comprar y vender, acciones aparentemente ajenas al terreno de juego, pero que pueden marcar el destino de un club, de una liga e incluso del fútbol en general. En según que momento, un fichaje o una vente puede hacerte cambiar el rumbo por completo.

En realidad creo que depende completemente de la situación que se viva. No hay ningún patrón que te diga que vender a un megacrack o comprarlo te vaya a beneficiar o perjudicar, excepto si está ya viejo... El tema es complicado y es seguramente el handicap de los directores deportivos y lo que les hace buenos o malos. ¿Quién nos iba a decir que Shevchenko lo haría tan mal en el Chelsea? ¿Qué culé no hubiera firmado a Beckham cuando Laporta ganó las elecciones?...